domingo, 26 de abril de 2015

Informática

Habitualmente visitamos museos en los que hay determinadas obras, pero no nos paramos a pensar si son de verdad originales. Antiguamente, para poder distinguir un cuadro auténtico de una imitación se necesitaba la ayuda de expertos en arte.
Normalmente, había expertos en los autores más famosos que habían aprendido, por experiencia, a distinguir las obras originales de un autor en concreto. Así, el Museo Van Gogh tenía expertos en obras de Van Gogh que sabían reconocer las obras de este autor. Como os podéis imaginar, el trabajo de estos expertos era muy difícil, y para poder llevarlo a cabo hace años que nos ayudamos de la informática.
 El Museo Van Gogh contrató a una artista para que realizara una imitación de un cuadro de Van Gogh, y entregó una imagen de ésta a tres equipos de tres universidades diferentes mezclada entre 5 imágenes de cuadros reales para que intentasen descubrir cuál era la falsa. Los tres equipos trabajaron con programas informáticos que analizan los trazos de la pintura. Así es posible descubrir qué obra no concuerda con las otras, puesto que una imitación suele tener más trazos que un original y éstos se suelen hacer más lentamente y con menos naturalidad. A partir del análisis de la fuerza y la dirección de los trazos se puede descubrir un patrón numérico e identificar la obra que no lo sigue.
Y es así como, gracias a la informática, los tres equipos fueron capaces de identificar una obra falsa entre cinco originales fácilmente.

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